miércoles, 7 de septiembre de 2011

Aprendí que la mayoría de las cosas por las que me preocupo nunca suceden.
Aprendí que cada logro, alguna vez fue considerado imposible.

Aprendí que nada de valor se obtiene sin esfuerzo.
Aprendí que cuando tengo molestias, no necesito ser una molestia.
Aprendí que nunca hay que dormirse sin resolver una discusión pendiente.
Aprendí que nunca debemos mirar atrás, excepto para aprender.
Aprendí que hay que luchar por las cosas en las que creemos.
Aprendí que los días pueden ser largos, pero la vida es corta.
Aprendí que es bueno estar satisfecho con lo que tenemos, pero nunca con lo que somos.
Aprendí que podemos ganar un centavo en forma deshonesta, pero que más tarde éste nos costará una fortuna. 
Aprendí que debo ganar el dinero antes de gastarlo.
Aprendí que debemos apreciar a nuestros conocidos por lo que son, y no por lo que deseamos que sean. 
Aprendí que planear una venganza sólo permite que las personas que nos hirieron lo hagan por más tiempo.
Aprendí que las personas tienen prisa por lograr una “buena vida”, que con frecuencia la vida pasa a su lado y no la ven.
Aprendí que todavía tengo mucho que aprender